Gobierno de Estados Unidos le impide inscripción a estudiantes internacionales en Harvard

El Departamento de Seguridad Nacional de los Estados Unidos ha tomado una medida sin precedentes al suspender la autorización de la Universidad de Harvard para inscribir a estudiantes extranjeros, citando incumplimientos en el suministro de información solicitada como parte de una investigación migratoria en curso.

La decisión, anunciada por la secretaria Kristi Noem, impactará directamente a miles de alumnos internacionales y podría representar una pérdida significativa para la institución, tanto en términos académicos como económicos. Harvard alberga actualmente a más de 6,800 estudiantes internacionales, lo que equivale a cerca del 27 % de su matrícula total.

De acuerdo con el DHS, la universidad no cumplió con los requerimientos documentales relacionados con la situación migratoria de ciertos estudiantes. La agencia federal argumenta que Harvard se negó a entregar información clave sobre titulares de visados educativos vinculados a actividades bajo investigación.

“La falta de cooperación ha forzado nuestra mano”, afirmó Noem en una conferencia de prensa. “Ninguna institución está por encima de la ley, y todos los centros educativos deben rendir cuentas cuando operan bajo programas federales de visados”.

Desde Cambridge, Harvard expresó su desacuerdo con la medida, a la que calificó de “punitiva e injustificada”. En un comunicado, el portavoz de la universidad, Jason Newton, aseguró que la institución ha seguido todos los procedimientos legales vigentes y que la información solicitada excedía lo permitido por las normas de privacidad.

Expertos en derecho migratorio advierten que esta suspensión podría desencadenar un conflicto legal prolongado entre la universidad y el gobierno federal. “Estamos ante una herramienta administrativa usada con fines políticos”, dijo Andrea Flores, exfuncionaria del DHS. “Esto podría sentar un precedente peligroso para la autonomía universitaria”.

Organizaciones académicas y defensores de estudiantes internacionales han mostrado preocupación por el impacto que esta acción tendrá sobre el sistema educativo estadounidense. “Limitar la movilidad estudiantil internacional es cerrar la puerta al talento global”, expresó un comunicado conjunto de varias asociaciones universitarias.

La universidad ha anunciado que evaluará sus opciones legales y buscará protección para sus estudiantes afectados, mientras reitera su compromiso con la diversidad académica. Por lo pronto, los alumnos foráneos deberán considerar una posible reubicación o enfrentarse a la pérdida de su estatus legal en el país.

Fuente: The New York Times